Hace unos días hablaba con mi hermana y surgió el tema de la dependencia emocional en la pareja. Hablábamos sobre lo difícil que es dejar a la pareja y, sobre todo, lo que confunde y asusta cuando empiezas a plantearte la posibilidad de hablar con otras personas pero “sin dependencia”. Y he aquí la cuestión: ese “sin depender”.

Cuando conoces a alguien nuevo y te atrae, inevitablemente te enganchas. Y digo inevitablemente porque tiene una función biológica: si “te enganchas”, tus hormonas aseguran que tengas ganas de estar con esa otra persona y se aseguran una mayor probabilidad de encuentros sexuales que podrían culminar en una concepción.
Ese enganche del principio es especialmente intenso durante unos 6 meses, tras los cuales esa revolución hormonal se va calmando un poco. Sin embargo, lo que llamamos “enamoramiento”, el estar enamorados, esa sensación de intensidad del principio, dura alrededor de 3 años y decrece poco a poco. La razón de que dure más o menos este tiempo también es biológica: es más o menos el tiempo que necesita un bebé para tener cierta autonomía.
Tras este tiempo, la relación evoluciona a otro tipo de amor, más cómplice, más compañero, en el que se desarrollan otras formas de querer y otras experiencias.
Este enganche, es distinto de la dependencia: el “enganche”, las ganas de ver a alguien son normales y sanas; significa que la persona te atrae, que estás empezando una relación (del tipo que sea) y que quieres pasar tiempo con ella. Pero no todo el tiempo. También puedes y quieres dedicar tiempo a otras cosas, personas o aficiones.
Cuando hablamos de dependencia es cuando no puedes hacer nada sin contar con esa persona, cuando existe una necesidad de que esté presente en todo momento y si no es así, genera malestar. Y esta sensación de malestar no disminuye con el tiempo a medida que las famosas hormonas se asientan.
La similitud de estas dos sensaciones muchas veces nos confunde y nos hace pensar que estamos dependiendo de una persona simplemente porque nos gusta, esto nos asusta y tendemos a alejarnos, especialmente tras ese tipo de rupturas en las que hemos decidido que lo que queremos es tiempo sin una relación estable.
Así que si acabas de dejar a alguien y tienes miedo de depender de otra persona, no temas esta sensación, es algo normal al principio: es normal que sientas la necesidad de pasar tiempo juntos y es normal que pases gran parte del tiempo pensando en él/ella (¡maldita biología!), eso no quiere decir que seas dependiente o que necesites pareja para encontrarte bien. Significa que eres humano/a, empático/a y normal.
1 comentario en “Relaciones de pareja y enamoramiento: cómo diferenciarlo de la dependencia emocional.”