¡Buenos días!
Hace poco me ha llegado una petición para tratar el tema de las relaciones de pareja, en concreto, de su fecha de caducidad. Y es que, todos sabemos que hay relaciones que funcionan mejor que otras y que acaban antes que otras. Pero ¿cuáles son los motivos de esta duración? A continuación, te indico algunos factores que pueden influir en la longevidad de tu relación:

En primer lugar, la biología. Como ya comentamos en este post, el enganche y la obsesión en el inicio de una relación de pareja son normales e incluso adaptativos a nivel evolutivo ya que, gracias a ello, se tiene una mayor probabilidad de encuentros sexuales y, por tanto, de perpetuar la especie.
Por suerte, esa obsesión del principio, esas ganas de estar con la otra persona a todas horas -lo que conocemos como enamoramiento- se estabiliza y se hace mucho más llevadero más o menos a los 6 meses de relación. Una vez llegado a este punto, la relación se mantiene estable (con sus altibajos) hasta alcanzar más o menos los 3 años, momento en el que, si la concepción que se busca a nivel biológico ha ocurrido al inicio de esta (nuestras hormonas no distinguen si es algo que queremos o no), ya habría un/a niño/a que sería más o menos autónomo. Cuando el niño ha alcanzado esta madurez la pareja ya no es necesaria para garantizar su supervivencia y, por tanto, ambos miembros podrían buscar una nueva para seguir perpetuando la especie y garantizar la variabilidad genética.
Pero, ¿qué ocurre con las relaciones en nuestra sociedad? Como podemos comprobar a diario, no todas las relaciones acaban a los 3 años, así que debe haber más factores. El segundo factor, la transformación de la relación, entraría en juego antes de alcanzar la citada fecha. Y es que a medida que conocemos al otro componente de la pareja el amor romántico y pasional del principio se va transformando en un amor más compañero, leal y desinteresado (esto ya para otro post). Porque, si no se transforma el tipo de relación y no se encuentran motivos por los que continuar o aspectos que compartir, lo probable es que la relación finalice en algún momento.
Otro factor que contribuye a desvirtuar las relaciones de pareja es la rutina. Cuando pasamos mucho tiempo con otras personas y nuestros intercambios con estas, más o menos, son los mismos a diario, nos acostumbramos y relajamos, dejando de emitir refuerzos positivos, recompensas para la otra persona, dejamos de preguntar cómo le ha ido el día, dejamos de realizar actividades placenteras y dejamos de percibir y buscar la novedad. De esta forma, poco a poco, vamos encontrando cada vez menos interés en la relación, menos puntos en común y nos sentimos menos atendidos. Cuando esto ocurre, sentimos que la balanza de la relación, la comparación entre lo que damos y lo que recibimos, está descompensada (bien sea por exceso o por defecto) y tendemos más al abandono de la relación.
Espero que estos factores te den una idea de lo que ocurre en las relaciones de pareja. Y a ti, ¿se te ocurren más?
¡Te leo en comentarios!